jueves, 15 de septiembre de 2011

Antes de la entrevista de trabajo

En cualquier caso, la entrevista de trabajo es un “trago” para el candidato, los nervios serán inevitables. Por ello conviene, mas que conviene, es exigible un cierto nivel de preparación para comportarse de un modo que de una impresión favorable.

Hay que mentalizarse.

Cuando te citen, mantén la compostura y la cortesía, la reacción ha de ser serena, esperada, amable, olvidate pues de muestras de jubilo espontaneo ni tampoco contárselo a la persona que tienes al lado antes de colgar. Yo llamo dos veces a los candidatos, una para informarle que están en el proceso y si se comportan correctamente, una segunda llamada para la cita un par de días después.

En la llamada concreto la cita y confirmo mediante mail. ¡que belcebú confunda a quien  no confirme por mail que acudirá a la entrevista!, ¿ha quedado claro?, confirmar la entrevista, por el mismo medio de que seas convocado, si es telefónico, la confirmas, si es redundante por mail, tambien.

Se llega puntual y puntual no es ni un minuto tarde ni media hora antes, puntual es en punto, yo recomiendo 5 minutos antes de la hora, da tiempo a sentarse a esperar, a mirar el local donde estamos, con suerte a ver a otro candidato.

Si la entrevista es a primera hora de la mañana, hay que llegar despejado, os prometo que una candidata me confesó en el primer minuto de entrevista que no había dormido por que estaba de marcha (cosa muy loable y divertida pero es una información superflua y contraproducente). Si la entrevista es al fin de la tarde, no esta de mas, si es posible, pasar por casa y revisar la propia imagen.

Hay que saber a que entrevista se va, no es extraño que un candidato esté en varios procesos y no sepa exactamente a que cita acude (os lo juro por snoopy).

Mientras esperas, prepara la entrevista o repasa tu curriculum, no des vueltas en la sala o te sientes y te levantes 100 veces. Ah, y no vayas acompañado.

En breve hablaremos de los tipos de entrevistas.