miércoles, 21 de septiembre de 2011

No pasa nada, cuéntalo todo.

En ocasiones los entrevistadores nos quedamos con la idea de que algo no cuadra en lo que nos cuenta el candidato. Posiblemente esto sea derivado a que algo de lo que nos cuentan no sea exactamente la verdad.

Recuerdo un caso, que no me pasó a mi, que un candidato manifestaba estar contento en su empresa, no tener ningún problema en ella, ser feliz en su trabajo pero deseaba un cambio que ademas lo llevaba a una ciudad próxima a su domicilio. El aumento de sueldo no lo justificaba, ni las perspectivas laborales tampoco. Algo no cuadraba.

El entrevistador le manifestó que o le explicaba las razones o la entrevista se acababa en ese mismo momento. La verdad resultó ser un asunto de amores, su pareja vivía en la ciudad del nuevo trabajo ¿por que no lo dijo en primera instancia?, simplemente por el candidato estaba casado... con otra persona.

Los entrevistadores somos personas, y como personas tenemos nuestras dudas, manías y herencias mentales adquiridas, pero somos fundamentalmente empáticos y nos ponemos en la piel del entrevistado. Por eso debemos saber la información real y comprender las actitudes de los candidatos. No os dejéis pues nada en el tintero. Tened la seguridad que para las cosas personales somos como los confesores, escuchamos y callamos, solo transmitimos la información relevante.